En febrero de 2022 comenzó la primera fase de la Ley 21.368, encargada de regular la entrega de plásticos de un solo uso y las botellas de este material en todo Chile, con la finalidad de reducir el impacto que este tipo de productos generan en el medioambiente.

La norma inicialmente se ha enfocado en prohibir la entrega de utensilios plásticos como los tenedores, cucharas, cuchillos, bombillas, revolvedores y palillos, además de productos de plumavit en los expendios de alimentos, tanto para el consumo en el lugar como para delivery. En esto también se incluyó a todos los grandes supermercados, los que debían ofrecer y recibir botellas renovables.

Sin embargo, recientemente entró en vigor una nueva fase de esta regulación, la que establece que todos los almacenes y minimarkets estén en la obligación de vender y recibir botellas retornables. De esta forma, los tradicionales negocios de barrio o, en general, de menor tamaño también deben adaptarse a la normativa.

Para el próximo año, la legislación contempla la incorporación de la entrega de elementos desechables dentro y fuera de un local. Para lo primero se prohibirá la entrega de productos de un solo uso de cualquier material, y en la segunda etapa se permitirá la entrega de productos desechables de material valorizable distinto del plástico, o bien plástico certificado.

Una situación diferente ocurre con las bolsas entregadas en las ferias libres, ya que se excluyen de la prohibición las que constituyan como un envase primario de alimentos, que sea necesario por razones higiénicas o porque previene el desperdicio de alimentos.

Siempre que se generan instancias de cambio, uno entiende que es para mejor, pero podemos decir que es lamentable que no se anhele poder atacar de raíz el problema que enfrentamos como sociedad. Es sólo mirar en nuestra propia región, como se siguen vulnerando los derechos de nuestros vecinos, de los niños, las familias, hechos que se traducen claramente en escuelas, postas, iglesias y casas quemadas. ¡Oh Dios mío, hasta cuando tanta ineptitud!

En esta encrucijada, el que tiene la responsabilidad protagónica de tomar conciencia de este caos institucional, indudablemente es el gobierno. Cuando hablo acerca de tener conciencia, puedo advertir que quienes gobiernan no están conscientes de la problemática mayúscula que existe en nuestra sociedad, y mucho menos están conscientes de que es justamente el deber de ellos, que en uso de todas las herramientas de que disponen, puedan regular el cumplimiento del Estado de Derecho para lograr un bienestar pleno.

Obviamente que hay gusto a poco en esta tercera intervención en el Poder Ejecutivo, principalmente porque esperábamos mayor compromiso y sintonía con las reales necesidades de la gente. En muchas ocasiones escucho a predicadores, y aún pastores, que en un momento de éxtasis, vociferan su deseo de haber estado ellos en lugar del Señor Jesucristo, sufriendo en esa horrenda cruz, dando su vida quizá por unos cuantos (aunque para nosotros los evangélicos, es símbolo de victoria). Sin embargo, nada hubiera cambiado, absolutamente nada, ni en sus vidas, mucho menos en la vida de todo el resto del mundo. Pero, el solo sacrificio de Cristo ha generado la gloriosa bendición, de que por el solo hecho de creer en Jesús, todos pueden ser salvos. Lo digo más enfáticamente, nada cambiaría en usted si es que aún yo diera mi vida por la suya. Es una ecuación que jamás podría ser aplicable en una situación tan compleja en la que el ser humano se encuentra con su creador.

Ahora debemos comprender que por más que anhelemos ver cambios en nuestra vida, estos mismos no serán posibles si es que no atacamos el problema de raíz. ¿Cómo hacerlo? Reconozca que usted tiene que resolver una situación compleja con su creador, y pida que él mismo pueda extirpar de su vida y meta todo aquello que solo tiene apariencia de ser bueno, pero raudamente le aleja de la comunión con el único Dios verdadero.

Finalmente puedo asegurar por la palabra de Dios, que quienes crean en Cristo son verdaderamente nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. II Cort. 5:17.

Pastor Pablo Pinto Salamanca,

Consejo Regional de Pastores Evangélicos de La Araucanía