Frases
"Estamos avanzando también en mejorar las condiciones del consultorio que hoy se encuentra en la cancha de rayuela".
Roberto Neira,
"Proponemos al Gobierno que haga una consulta ciudadana vinculante sobre el tema seguridad".
Jorge Rathgeb,
"Estamos avanzando también en mejorar las condiciones del consultorio que hoy se encuentra en la cancha de rayuela".
Roberto Neira,
"Proponemos al Gobierno que haga una consulta ciudadana vinculante sobre el tema seguridad".
Jorge Rathgeb,
En el mes de la Patria, podemos preguntarnos acerca de qué nos une como chilenos. Si lo único que nos une fuera la selección nacional, en realidad nada nos uniría. Chile, desde hace mucho tiempo, no tiene un proyecto común que aglutine todas las voluntades con adhesión libre y convencida.
El problema de una Constitución es la ausencia de una meta a la que todos queremos llegar. Los medios para llegar al norte pueden ser consensuados, pero no el norte. Veamos cuál es el mejor instrumento de orientación: mapa, brújula, GPS. Pero debe conducir a la meta. Se pueden llegar a consensos en aquello que legítimamente es plural y, a la vez, suscitar la adhesión de todos, con la condición de que estemos todos de acuerdo con un mismo proyecto de sociedad al que todos tendamos con nuestra propia individualidad, sintiéndonos partícipes de un todo. La unidad e integración de una Nación consisten en la adhesión de todos a un único fin.
Para que la unidad querida no nazca fragmentada, para que perdure en el tiempo y no produzca conflictos, el fin último al que todo debe ordenarse es Dios vivo y verdadero, personal y trascendente, principio de unidad de todas las cosas. Lo que pasa en Chile se refleja en la fallida Constitución y en la que ahora se está redactando. Algunos no solo quieren llegar al consenso de los medios, sino también a cuál es el norte. El objetivo de la sociedad es asegurar a todos el reconocimiento, el respeto y la promoción de los derechos emanados de la persona humana.
Una Constitución debe consignar este principio como marco jurídico incuestionable. Pero si este principio es objeto de consenso y en el texto constitucional queda desdibujado, será imposible aunar todas las voluntades. La Constitución se convertirá en fuente de división, no de unidad. De por sí, el problema no es la Constitución, sino las ideas que quieren plasmarse en ella. Hay ideas falsas que no dicen lo que es la realidad. Si esas ideas prevalecen, tendremos una mala Constitución.
Un 62% de los chilenos se dio cuenta de ello con la anterior propuesta. Si se quiere que el actual proyecto de Constitución sea causa de unidad, debe estipularse con toda claridad y sin posibilidad de mañosas interpretaciones el deber del sistema jurídico de asegurar el derecho a la vida de toda persona humana, especialmente los más débiles, indefensos y vulnerables como son los niños por nacer, los enfermos terminales y los ancianos.
También es esencial el concepto de matrimonio entre un hombre y una mujer, fundamento de la familia y de su inalienable, prioritario e insustituible derecho y deber de educar a los hijos según sus convicciones. Para esto se requiere la libertad de educación y religiosa.
Una Constitución así seguramente será aprobada por gran parte de la mayoría de los chilenos que votó en contra.
El mayor número de desplazamientos durante Fiestas Patrias hace que se eleve el número de accidentes vehiculares. A ello se agrega el relajo de los conductores y en ocasiones la irresponsabilidad en la conducción o la ingesta de alcohol. De ahí que urge tomar conciencia de este dato para proteger la vida de quienes van a bordo de un vehículo, especialmente los niños.
Ello porque en nuestro país los accidentes de tránsito son la primera causa externa de muerte en niños de 1 a 14 años. Por eso, en marzo de 2017 entró en vigencia la reforma a la Ley de Tránsito que estableció medidas de seguridad para el traslado de niños en vehículos particulares. A partir de entonces, los menores de 9 años deben viajar con un sistema de retención infantil y sólo podrán ir en el asiento del copiloto los mayores de 12 años.
Al disponerse el traslado de los menores a los asientos traseros y el uso de una silla de seguridad cuando corresponda, las autoridades consideraron que los airbags no están diseñados para niños, sino que para adultos. Por ende, estos no los protegerían en caso de accidente, por lo que llevarlos en la parte posterior reduce la posibilidad de un desenlace fatal. De hecho, desde que está vigente esta legislación se han reducido un 51% los menores fallecidos en siniestros de tránsito.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el uso de sillas para niños y niñas puede reducir entre un 50% y un 80% las lesiones mortales y graves de bebés y niños ante un accidente vial. De ahí que sea necesario que los conductores respeten la normativa y quienes deban desplazarse con niños instalen en sus vehículos los correspondientes sistemas de retención infantil. Ello, más una considerable cuota de responsabilidad y conciencia al volante, ayudarán a evitar o al menos disminuir el número de accidentes durante las próximas Fiestas Patrias.