Correo
Cuidar el alma de Chile
Son varios los factores que han hecho que, como país, llevemos años en un estado de constante cambio y varios vaivenes. Por el momento, y hasta lograr cierta estabilidad, es imposible dimensionar la magnitud y sus efectos, quedando sin espacios para dimensionar y reflexionar en torno a los cambios que hemos vivido. Lo que sí tenemos claro es que Chile transita por un sendero de incertidumbre, confusión y pérdida de valores, hábitos y lucidez, remontándonos a tiempos oscuros y de profunda polarización.
En este sentido creo que una de las claves para que nuestro país recupere la senda del bien está en el libro "El Alma de Chile", escrito por el Cardenal Raúl Silva Henríquez, en 1986. Entre otros, el texto plantea que "la Patria no se inventa ni trasplanta, porque es fundamentalmente alma; alma colectiva de un pueblo, consenso y comunión de espíritus que no se puede violentar ni torcer, ni tampoco crear por voluntad de unos pocos".
De ahí que podamos rescatar elementos que fueron claves para la transición a la democracia que parecieran extraviados en una sociedad cada vez más elemental, básica e irreflexiva. Donde la mentira prevalece por sobre la verdad, donde el amiguismo es altamente lucrativo, la mediocridad se normaliza y los valores sólo parecieran ser algo económico, extraviando la profundidad reflexiva y espiritual del sentido de encuentro con nosotros mismos y con otros.
En Chile aún estamos a tiempo de reencontrar el consenso; recuperar la comunión en aquellos valores espirituales que forjaron los orígenes de nuestra nación. Aprender de las equivocaciones y volver a caminar por lo que alguna vez fuera una nación próspera y en vías de desarrollo.
Rodrigo Durán Guzmán
Compromiso con la democracia
Nos hemos enterado del documento recién firmado y difundido por su excelencia, "Compromiso: Por la Democracia, siempre" al cual también se adhieren los expresidentes Frei, Lagos, Bachelet y Piñera.
Un documento de dudoso valor real, ya que en ninguna parte se aprecia la intención de los políticos en hacerse cargo de sus históricas ineptitudes e incapacidades. Habría sido una buena oportunidad para comprometerse a "Nunca Más" buscar apoyo político en las fuerzas militares y de orden, incitándolas, avalando y apoyando su intervención armada. Algo, que desde la época del general Cheyre, es decir, hace más de 20 años, las Fuerzas Armadas en general y el Ejército en particular, lo tienen más que claro, no así los políticos, los mismos que en el Congreso de Chile, hace 50 años atrás, declararon la ilegitimidad del Gobierno de Salvador Allende. No los militares.
Christian Slater Escanilla
Obispos y sacerdortes
Tras el golpe cívico-militar de 1973, el cardenal Raúl Silva, dijo: "Nosotros supimos desde el primer momento que debíamos estar al lado de las víctimas sin que nos importara su color, ni ideología".
Apoyaron al cardenal Silva en la defensa de los derechos humanos, los obispos: Jorge Hourton, Enrique Alvear, Carlos Camus, Carlos González, Fernando Aristía, Alejandro Goic, Manuel Camilo Vial, Juan Luis Ysern, Tomás González, Sergio Valech, Juan Francisco Fresno, Bernardino Piñera, Sergio Contreras, Carlos Oviedo y Alejandro Jiménez. También los sacerdotes: Andrés Guljas, Sergio Concha, Esteban Gumucio, Mariano Puga, José Aldunate, Denis O'Mara, Antonio Ghyshelen, Humberto Gutiérrez, Rafael Maroto, Ignacio Muñoz, Alfonso Baeza, Pierre Dubois, Juan De Castro e Ignacio Ortúzar, quien dijo: "En un régimen en que no opera la justicia, opera la injusticia".
Durante la dictadura, varios sacerdotes extranjeros fueron expulsados del país. En septiembre 1983, en un centro de torturas de Santiago; 70 personas, entre ellos, Luis Infanti, actual obispo de Aysén, desplegaron un lienzo que decía "Aquí se tortura" y cantaron "Yo te nombro libertad".
Todos, actuaron a la luz del evangelio.
Derico Cofré Catril