Dio pelea hasta el final y nunca se rindió. Jaime Szigethi, aplicó lo que siempre le inculcó a sus alumnos y basquetbolistas y le dio batalla al cáncer. Tras dos años de lucha contra esa cruel enfermedad, el "profe" Szigethi partió de este mundo a los 67 años de edad.

Su deceso se produjo a las 00.30 horas de ayer, en su casa, y acompañado por sus seres más cercanos.

"El Pachi se fue tranquilo y piola. Lo acompañamos hasta sus últimos minutos de vida y eso nos reconforta en este momento difícil", expresó Virginia de la Fuente, esposa de Jaime Szigethi.

La profesora de educación y entrenadora de hockey sobre césped fue compañera por 40 años del destacado técnico y académico del Liceo Pablo Neruda y de la Universidad de La Frontera.

"Yo fui su alumna y lo ayudé como traductora cuando dirigía a Flecha. Ahí iniciamos una relación que terminó en un lindo matrimonio. Estoy muy orgullosa de haberlo acompañado por 40 años", dijo Virginia de la Fuente, al recordar al compañero de su vida y con quien tuvo dos hijos: Patricio y Constanza.

Ambos también lo acompañaron antes de su partida.

"Nuestro hijos y nuestro nieto Diego siempre lo estuvieron acompañando. Ahora hemos recibido muchas muestras de apoyo de la gente del básquetbol", agregó Virginia de la Fuente.

Campo de acción

Precisamente en el baloncesto estuvo el campo de acción de Szigethi. Junto a la naranja, el entrenador y profesor de educación física hizo una larga carrera en la formación de jugadores y estudiantes en dos instituciones: el Liceo Pablo Neruda y la Universidad de La Frontera.

En ambas dejó un gran legado de enseñanzas y valores.

"El profe fue mi entrenador, pero siempre lo consideré como un gran consejero. Me ayudó mucho y me dejó enseñanzas que me han servido más allá de la sala de clases", manifestó Pablo Campos, basquetbolista que se formó bajo el alero de Szigethi en el Liceo Pablo Neruda.

"Era muy difícil encontrarle un defecto. Me dirigió en el Liceo Pablo Neruda y siento que me ayudó mucho en mi formación", agregó Campos.

Tan relevante fue el aporte del DT en el básquetbol del Liceo Pablo Neruda (trabajó 37 años ahí) que el gimnasio del establecimiento fue bautizado con su nombre en mayo pasado.

Tristeza

En la Universidad de La Frontera, Szigethi también dejó recuerdos imborrables.

"Sentimos una tremenda tristeza porque se nos fue un gran colega y amigo. Formó a muchos de nuestros estudiantes y fue entrenador de nuestras selecciones de damas y varones", valoró Fernando González, coordinador de Deportes de la Universidad de La Frontera.

"Era una persona cercana, motivadora y correcta. Nos dejó un legado que va más allá de lo académico", recalcó González al recordar a Szigethi.

El DT partió de este mundo dos semanas después del deceso de Germán Siegmund, basquetbolista victoriense que falleció a los 39 años.

Siegmund integró las filas de la Unión Deportiva Española y la Universidad Autónoma y en su mejor momento fue seleccionado chileno.

"Era muy difícil encontrarle un defecto. Me dirigió en el Liceo Pablo Neruda y siempre me ayudó en todo".

Pablo Campos,, basquetbolista formado, por Jaime Szigethi.

"Sentimos una tremenda tristeza porque se nos fue un gran colega y amigo. Formó a muchos de nuestros estudiantes".

Fernando González,, coordinador de Deportes Ufro.

"Lo recuerdo como un gran técnico y una gran persona. Siempre estaba con una sonrisa y con la mejor disposición".

Óscar Salgado,, tesorero del Club Pablo Neruda.

37 años de carrera como profesor completó Jaime Szigethi en el Liceo Pablo Neruda de Temuco.

Fue un día sábado de 1987, muy temprano en la mañana. No recuerdo el mes, pero hacía frío. Mucho frío. Mi familia vivía en una villa en la Avenida Francisco Salazar, a un costado de la Universidad de La Frontera. Tenía que caminar unos dos kilómetros hacia el centro, entre las calles Imperial y León Gallo (donde hoy se emplazan Sodimac y una Copec). El destino era una casa de madera de un piso, donde en el patio había estacionado un viejo, pero carne de perro, Datsun 510 color café oscuro.

Ahí vivía mi profe de básquetbol. Un flaco alto y de bigotes, que bordeaba los 30 años, quien ese sábado, como en varios sábados más, me esperaba en su cálida casa con un vaso de leche caliente, una panera con hallullas y con el motor encendido de su auto, listo para ir a entrenar al gimnasio de nuestro querido Liceo Pablo Neruda (A-28, en aquel entonces).

Ese era Jaime Szigethi Campos, el "Pachi", profesor de Educación Física y formador de cientos, quizás miles, de basquetbolistas del Liceo y la Universidad de La Frontera. Un maestro de tomo y lomo, que más que enseñar los fundamentos de esta hermosa disciplina, entregaba bondadosamente a sus alumnos y alumnas valiosas herramientas para enfrentar la vida, para sortear las carencias y para transformarse en buenas personas. Eso, creo y siento, le preocupaba más que si eran buenos o no para el básquetbol.

La partida de "Pachi" significa un gran vacío para quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y quererlo. Junto con exigir, escuchaba; junto con ordenar y pedir compromiso, comprendía y empatizaba; siempre con una sonrisa, con un abrazo y con un consejo paternal que, seguramente, servía para toda la vida.

Alguna vez el periodista e historiador estadounidense, Henry Adams, dijo que "el maestro de verdad deja una huella para la eternidad y que nunca se puede decir cuando se detiene su influencia". Esa definición calza a la perfección con este profesor que, sin darse cuenta, se convirtió, junto a su amada Virginia, en un ejemplo a seguir para varias generaciones de temuquenses.

Hasta pronto, querido Pachi. Donde quiera que estés, te seguiremos respetando y admirando.

Mauricio Rivas Alvear

Director Diario El Austral

de La Araucanía