Adultos mayores y conducción
No más del 1 por ciento de los choferes involucrados en accidentes son mayores de 65 años, lo que indica que este grupo etario conduce con responsabilidad. Proyecto Jacinta introduce una serie de restricciones en el acceso a la licencia de conducir para los adultos mayores.
Si bien es un mito que los adultos mayores de 65 años son malos conductores de vehículos motorizados, lo cierto es que los datos sostienen justamente lo contrario. Esto porque la estadística de 2022 indica que no más del 1% de los choferes implicados en accidentes con lesiones graves, son adultos mayores.
De hecho, este grupo etario se destaca a la hora de conducir un vehículo como uno de los más prudentes y respetuosos de la normativa vial.
De ahí que el llamado Proyecto Jacinta, que introduce una serie de restricciones en el acceso a la licencia de conducir para los adultos mayores genere ciertos ruidos, ya que, entre otras medidas, establece que los mayores de 65 deberían contar con certificación geriátrica o neurológica para postular y, a la vez, introduce una disminución progresiva de la vigencia llegando, hasta, a partir de los 80 años, a la obligación de renovar la licencia cada año.
Ahora bien. Al indagar en torno a las causas de los accidentes de tránsito en el país, los datos indican que estos son originados principalmente por factores como exceso de velocidad, manejar bajo la influencia del alcohol, conducción descuidada y uso del celular, conductas que, claro está, no son propias de un adulto mayor que toma el volante de un vehículo motorizado, sino, más bien, apuntan al perfil de un conductor con mucho menos edad.
Si bien es una necesidad avanzar hacia mayores exigencias a la hora de entregar el documento que le permite a una persona conducir un vehículo motorizado, lo cierto es que los esfuerzos debieran direccionarse justamente hacia aquellos grupos que son los más involucrados en accidentes de tránsito. Los datos así lo evidencian.