Este es uno de los aspectos de la teología más imprescindibles de conocer, entender y aplicar. Dios es un Dios de amor, tal como lo menciona I Juan 4:8, "el que no ama no ha conocido a Dios porque, Dios es amor", pero también está la otra parte del mensaje, en donde dice claramente en Hebreos 12:28-29, "así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor". Isaías no se ha quedado atrás, él comienza inmediatamente su profecía diciendo: "Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento." (Isaías 1:2-5). Y durante todo su libro, Isaías mantiene latente el mensaje de la severidad de Dios.
En los capítulos 51-63-66, Isaías resalta las acciones principales de Dios y sus consecuencias en los tiempos finales. Mencionaré 9 de ello: 1. Se esconderán en las cavernas; 2. Se esconderán en los agujeros de la tierra; 3.Se desmayarán de espanto; 4. Los corazones desfallecerán; 5. Se retorcerán de dolores como mujeres de parto; 6. No experimentarán el gozo; 7. Se cubrirán los montes con sus muertos; 8.Se llenarán los valles con el hedor; 9. Serán hollados por Dios como se pisa la uva en el lagar.
Justamente en el libro de Isaías, en el capitulo 6:1 dice: "En el año en que murió el rey Uzías"… La historia del rey Uzías, nos deja un mensaje potente. Dios es un Dios severo. En II Crónicas 26 dice que el Rey Uzías fue un gran rey. Aunque Uzías se convirtió en rey cuando solo tenía 16 años, fue criado por un padre y una madre piadosos que le enseñaron a diferenciar lo correcto de lo errado. Uzías obedeció a Dios, y por eso Dios lo bendijo. La fama del rey Uzías se difundió por todas partes. ¡Su pueblo lo amaba, mas sus enemigos le temían! Pero un día todo cambió. Uzías se enorgulleció demasiado y cometió un grave error: se envaneció e intentó hacer el oficio de un sacerdote. Uzías era un rey, ¡no un sacerdote! De inmediato, Dios hirió a Uzías con esa enfermedad temible: La lepra. Pero ni siquiera el buen rey de Judá está por encima de la ley de Dios. Pronto, Uzías murió de esta horrible enfermedad. 80 sacerdotes habían intentado convencerlo, sin embargo, después de 52 años de ministerio como monarca del pueblo de Dios, muere. Debemos por tanto recordar que Dios es tardo para la ira y grande en misericordia, (Números 14:18).
Pastor Presbítero Pablo Pinto Salamanca,
Consejo Regional de Pastores Evangélicos de La Araucanía