Exijo una explicación
A fines del 2010 escribíamos en este mismo espacio sobre la evolución demográfica y socioeconómica de Ushuaia vs Puerto Williams, donde en la ciudad austral argentina al promediar el siglo XX se suprimió el presidio e instauró una serie de medidas de fomento económico y social, lo que le ha permitido un mayor grado de desarrollo y de crecimiento poblacional. En cambio en Puerto Williams las medidas que a contar de 1953 implantó el gobierno de Chile, encomendadas a la Armada y tendientes a estimular el desarrollo socioeconómico y administrativo, no han sido lo suficientemente efectivas.
Sin duda, el énfasis en el desarrollo turístico inducido con la inversión pública en caminos e infraestructura hotelera que posteriormente se concesionó por parte del gobierno argentino, fue mucho más acertado que el camino escogido por Chile. Ushuaia pasó de ser una pintoresca aldea de unos 6.000 habitantes en 1970 a tener más de 82 mil almas en la actualidad, en comparación con Puerto Williams que hoy apenas supera los dos mil habitantes.
Mas al norte en La Araucanía, el 21 de mayo de 2003 en el diario El Austral de Temuco se anunciaba que el regimiento Miraflores de Traiguén estaba en venta, una unidad que a esa fecha tenía 103 años de existencia, siendo fundado en 1896 durante el gobierno de Jorge Montt. El año 1996 cumplió los 100 años y sólo tres años después el Ejército decidió cerrarlo, abandonando la ciudad de Traiguén para fusionarlo con el Regimiento de Artillería N° 2 Maturana de la ciudad de La Unión. De manera similar, el año 1999 se cerraba el Regimiento La Concepción de la ciudad de Lautaro y el Ejercito abandonaba otra ciudad de La Araucanía. Es decir, en un par de años dos ciudades intermedias de la Región de La Frontera vieron cerrarse a dos regimientos y alejarse de su planta urbana a una emblemática institución como lo es el Ejército, con todo lo que aquello conlleva para su población, empleo, seguridad, vida socioeconómica y cultural. Una pena negra que se lamentó profundamente en cada una de estas ciudades, ya que el contar con un regimiento en cualquier ciudad, y en estas especialmente, siempre ha sido de un valor incuestionable, considerando su historia, ligazón comunitaria y el importante rol que han desempeñado en una región como La Araucanía, una de las últimas en integrarse formalmente al país.
Veinte años después de la portada que anunciaba la venta del Miraflores en Traiguén, el mismo diario El Austral del 27 de octubre de 2023 publicaba sobre la inauguración de una Base de Avanzada Militar en la misma ciudad, como lo es el campo de instrucción y entrenamiento Chumay del Ejército de Chile. Lo cual, sin duda, le permitirá a las unidades que operan en la Macro Zona Sur poder actuar de manera más eficaz y oportuna, sobre todo, en el refuerzo de las fuerzas policiales frente a las distintas situaciones de violencia rural enmarcadas en el Estado de Excepción Constitucional.
La pregunta del millón es quién y cómo se tomaron esas decisiones que al cabo de un par de décadas deben revertirse de forma brutal. Qué procesos debe cumplir la toma de decisiones que involucran a las FF.AA., en este último caso del Ejército, para acometer estas decisiones cruciales. Debiera haber algún análisis estratégico, proyectivo e integrado que contemple distintos escenarios potenciales de ocurrir en los territorios involucrados. Así como también alguna opinión deberían tener las comunidades y sus autoridades, que bien podrían servir para aportar mayor y mejor información. Sin duda, estas experiencias y un certero análisis geopolítico considerando activamente a los actores regionales, nos obligan a repensar como país nuestras estrategias de desarrollo en regiones claves como lo son Magallanes y La Araucanía.