A cuidar la democracia
Algunos expertos creen que la clase política interpretó erróneamente los reclamos del estallido social.
Por segunda vez, la ciudadanía ha rechazado los proyectos de nueva Constitución que les han sido presentados. El primer texto, rechazado por 62% de los votos en 2022, se redactó con liderazgo de la izquierda, mientras la propuesta descartada el domingo con el 55% de los votos, fue elaborada por una comisión de convencionales elegidos, con mayoría de derecha.
¿Por qué el país descarta dos propuestas diferentes para sustituir la Constitución de 1980? Algunos expertos creen que la clase política interpretó erróneamente los reclamos del estallido social de 2019, ya que las demandas ciudadanas apuntaban a resolver temas sensibles que les afectan, como la delincuencia, la violencia, el narcotráfico, las deficiencias de la educación y la salud, entre otros, más que cambiar el marco constitucional. El Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha descartado iniciar un tercer proceso constitucional, por lo que continúa vigente la actual Carta Fundamental.
La democracia es un proceso de permanente construcción humana, que sufre avances y retrocesos dependiendo de las mayorías y de su empoderamiento. Más democracia es mejor, pero eso exige más trabajo, participación y responsabilidad.
Cada vez es más difícil gobernar, por las presiones de una sociedad atomizada que se urge por el día a día, por lo que es cada vez más complejo delinear a largo plazo. Un detalle sorprendente de estos tiempos es la demanda por mayor autoridad y un rol más activo del Estado y sus potestades, porque parece que hay una sensación de que ciertos temas -como la delincuencia y el narcotráfico, por ejemplo- están fuera de control y hay que frenar su avance.