Patricio Lagos Castillo: la unión de música y psicología en la construcción de un luthier
PROCESO. Más que el sentido poético de la guitarra, lo que este psicólogo identifica en la elaboración de un instrumento es cómo la física y las ciencias exactas otorgan la calidad final de la pieza.
Beethoven, Sting, John Williams (el guitarrista) y Eduardo Gatti, los menciona sin dudar apuntando a que le gustan por sobre otros artistas, aunque agrega que escucha todo tipo de música.
Patricio Lagos Castillo es psicólogo, además de músico aficionado y un autodidacta (en una primera instancia) en la fabricación de guitarras. Luego realizó curso de construcción de guitarra española en el European Institute of Guitar Making en España y, posteriormente, un Diplomado en Lutheria en la Universidad Nacional de las Artes de Argentina.
De su interés por la música pasó a la lutheria, la que de ser inicialmente un hobbie se ha convertido en un trabajo dialogante e intergeneracional. Hace algunos años construyó su taller para fabricar guitarras y hoy cuenta con el trabajo asociativo con un joven y talentoso luthier temuquense (Cristofer Valenzuela) iniciando un emprendimiento juntos y que en poco tiempo ya es un éxito. "Cristofer tiene 31 años y su entusiasmo y energía me han ayudado a ver este proyecto de manera colaborativa. Estamos en las mismas", comenta Patricio, mientras exhibe la última creación: una guitarra que está en etapa casi final ya que solo falta barnizarla, trabajo que realizará próximamente en una pasantía en Mar Del Plata, Argentina.
La guitarra está estructuralmente terminada y no tendrá ese brillo "plastificado" de las guitarras de fábrica porque será trabajada con resinas especiales para cautelar que su porosidad, resonancia y sonido no se vea intervenidos.
Así, ha llegado con su nuevo instrumento hasta la Dirección de Extensión Académica y Cultural de la UC Temuco, para que uno de sus maestros musicales la observe y pueda tocar alguna pieza musical. Nos referimos al escritor, compositor y guitarrista cubano Carlos Lloró, quien lidera esa unidad universitaria.
Imaginar la construcción de una guitarra supone entender y saber -al menos- la materialidad, las dimensiones y ciertos detalles. Pero cuando estas piezas son únicas y a medida, los músicos e intérpretes notan detalles minúsculos de espacios milimétricos y de texturas y colores del sonido.
200 horas de trabajo
Patricio Lagos comenta que el ser luthier lo obliga a ser meticuloso y muy preciso. Más que el sentido poético de la guitarra, lo que este psicólogo identifica en el proceso de construcción es cómo la física y las ciencias exactas otorgan la calidad final del instrumento. Son aproximadamente 200 horas de trabajo en la construcción de una guitarra, las que el luthier de manera lenta y contando con todos los materiales (que se piden mayoritariamente al extranjero) inicia el camino de fabricación. "Esa cantidad de horas yo las hago, en la medida que me voy programando. En el taller que tengo en mi casa, destino tiempo para ir entre las prensas y los cortes, avanzando hasta terminar una".
Este nuevo instrumento musical -confeccionado completamente en nuestra región- es la pieza número 16 que ha fabricado el psicólogo y luthier. Precisa que las primeras guitarras que construyó fueron obsequios para cercanos y que luego fueron derivando en pedidos especiales para guitarristas de renombre nacional e internacional como Esteban Espinoza, Javier Contreras y José Antonio Escobar.
El "oficio" de luthier ha sido una labor que durante siglos ha permitido expandir la cultura musical ya que el trabajo manual y la calidad de los instrumentos, como resultado final, es el activo que poseen sólo algunas personas a nivel mundial.
Guitarra de calidad
Durante todo el encuentro, Carlos Lloró, director de Extensión Académica y Cultural de la UC Temuco, pudo observar cada detalle del nuevo instrumento, logrando interpretar diversas piezas musicales y concluyendo que es una guitarra en estado puro y de gran calidad.