Robo de cables de electricidad
Este delito ha aumentado de manera explosiva a nivel nacional desde el año 2022. El hurto de este tipo de material se ha transformado en el nuevo negocio de las bandas de crimen organizado.
El robo de cables de electricidad y de telecomunicaciones es un delito que a nivel nacional afecta a varias ciudades y zonas rurales, pero especialmente a los clientes, que ven interrumpidas sus comunicaciones y el suministro de energía. El alto precio del cobre ha llevado al surgimiento de bandas organizadas que roban los cables de las redes, para venderlos en el mercado negro, e incluso se estima que falsifican documentos para su exportación a países vecinos. Estas acciones vandálicas interrumpen los servicios, dejan incomunicados a hogares y empresas, y obligan a suspender la atención en servicios públicos de salud, educación, bancarios, semáforos o cajeros automáticos, lo que genera un enorme impacto directo en la calidad de vida de las personas y el funcionamiento de las actividades.
Este delito ha aumentado de manera explosiva a nivel nacional desde 2022, registrándose muchos casos. El hurto de este tipo de material se ha transformado en el nuevo negocio ilegal de las bandas.
Las empresas señalan que es relevante generar conciencia y fomentar la denuncia por parte de la ciudadanía. La situación es preocupante porque es un delito que ha aumentado de manera importante, sobre todo en los sectores rurales, donde muchas veces no hay testigos, por tratarse de lugares aislados.
Para las empresas de distribución eléctrica es fundamental que se aprueben nuevas propuestas legislativas para enfrentar de mejor manera este complejo escenario. Hay proyectos de ley que están en el Congreso, que proponen que este ilícito tenga un tratamiento similar al robo de madera, con el fin de dar los incentivos necesarios para que el Ministerio Público investigue y se intente desbaratar a las bandas que están detrás de esto.