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"Hoy - detalla Sepúlveda - el ciclo de un comité de vivienda bordea los 7 años, cinco años en el proceso de gestación y tramitaciones, y otros dos en promedio para la construcción de una obra regular. Pero siempre hay particularidades. Tenemos algunas comunas con dificultades, como Saavedra, específicamente la localidad de Puerto Domínguez, que no tenía agua potable, donde hace 40 años no construíamos vivienda y hoy levantamos 60 soluciones. En los demás territorios, habiendo factibilidad de agua potable y terrenos accesibles, el promedio se cumple".
En general, explica la autoridad, aún hay espacio para seguir creciendo habitacionalmente, salvo algunos casos que presentaron dificultades o que enfrentarán las propias. "Por ejemplo, en Cholchol fue crítico, pero resolvió después de dos años vía convenio. Está el caso de Puerto Domínguez, pero la comuna que va de camino a estar complicada es Padre Las Casas porque quedan pocos terrenos semi urbanos. Y está Cunco que enfrenta la falta de agua potable, una obra que habrá que financiar".
La situación de la capital de La Araucanía es bastante más amigable. "Temuco posee dos ventajas respecto de otras comunas", explica José Luis Sepúlveda, "tiene un plan regulador de 2010, mientras otras tienen planes que datan de los 80 y 90, por lo que la ciudad se acerca bastante a lo real, y cuenta con dos empresas sanitarias en su territorio".
Hoy, los grandes nudos para el surgimiento y avance de los proyectos habitaciones y para acercar a la gente el sueño de la casa propia, están dados por la factibilidad del servicio de agua potable, el valor del suelo y el ítem de aguas lluvias, sin contar con la propiedad de terrenos mapuche vecinos a los paños urbanos, que también suelen entrar en la "ecuación" del tema habitacional.
Con todo este escenario y a pesar de las dificultades, hoy, en la Región el Estado hace entrega de un promedio de mil 500 subsidios habitacionales año, cifra que de alguna manera se ha estabilizado y está permitiendo avanzar con el plan de emergencia habitacional.
EN TOMA
En cuanto al "déficit habitacional", a nivel país existen hoy 30 mil familias viviendo en campamentos, cifra que ha bajado notoriamente desde el año 2000, cuando se contabilizaba a 120 mil familias en condiciones precarias, realidad que hoy está marcada especialmente por la migración interna y extranjera y las oportunidades de trabajo, lo que se expresa con fuerza en los grandes asentamientos de ciudades como Iquique, Coquimbo y Antofagasta.
La Araucanía no está exenta de esta realidad. Un ejemplo de esta forma de lucha social es el Comité Ampliación Pichi Cautín, grupo humano que fue tema central de un mediometraje documental denominado "Casa con bandera", una toma existente desde el 9 de febrero de 2020 que ocupa un terreno aledaño a la Población Pichi Cautín, y que aspira a ser la ampliación o continuidad del barrio dado que la mayoría o todos sus integrantes son tercera generación del mismo vecindario, el cual también surgió como una toma.
"Somos personas en recuperación de terreno, ya que somos nietos de estos pobladores y eso hace que esta acción tenga un valor importante. Estamos en toma porque nos cerraron muchas puertas", comenta Eliana Toloza Chacón, vocera y activista social por la vivienda digna, a quien secunda el también vocero y activista, César Rodríguez Antivil, que destaca que son también consecuencia del estallido social de 2019.
"Estamos en esto porque creemos que la precariedad de Pichi Cautín no ha terminado. Ahora eso se vive en el patio de las casas, con allegados, madres solteras y convivencia de hasta cinco familias por vivienda, con un alto nivel de hacinamiento. Por eso optamos por la recuperación. Decidimos ocupar un terreno que estaba siendo ocupado como microbasural y también como un estacionamiento clandestino con cuidador y todo", relata Eliana.
Hoy, el campamento lo integran 43 familias de las 52 que comenzaron la toma, dado que algunas optaron por otras soluciones, detalla César.
"Nuestra propuesta es que el Estado nos traspase los terrenos, que se respete la memoria, la historia y el derecho de pertenencia, y vida comunitaria que tiene nuestro barrio desde el año 30. Que se siga ese camino. Para ello apelamos a la voluntad política del Estado. En busca de ese objetivo hemos participado como activistas en diversos procesos políticos y sociales desde 2020 hasta hoy, incluso en colaboramos con en el texto del primer proceso constituyente".
Si bien han tocado puertas, hay algunas gestiones que esperan resolver con insistencia y diálogo. Una puerta a alcanzar es la puerta de la alcaldía de Temuco, donde aseguran han intentado llegar para entablar una conversación con el actual edil, que en tiempo de campaña se comprometió con ellos, un compromiso que tienen grabado en un video.
"Sabemos que estamos en toma, pero creemos en lo que hacemos porque en su momento el exdirector de Serviu nos comentó que este terreno era viable para viviendas. Lo idea de nosotros es que nos entreguen el terreno y se respete el modelo de autoconstrucción popular. Podríamos estar dispuestos a una solución mixta, pero nuestra meta es que se respete la historia poblacional y nuestro sentido de pertenencia", comentan los voceros.
Resolver esta demanda dependerá de las voluntades políticas, acotan, "porque no le tenemos miedo a las evaluaciones técnicas y, sobre todo, creemos que no se puede seguir segregando a la gente en edificaciones de altura".
Esta es la otra cara de la moneda de un mismo gran tema, el derecho a la vivienda propia que en la Región alcanza un 73% a la luz de la meta del Plan de Emergencia Habitacional y que hoy da soluciones a través de los programas de vivienda rural, DS 49 o comités de vivienda; DS 19 que son las viviendas de "sectores medios" y con la compra de vivienda usada y nueva.