La increíble historia del temuquense que lleva 48 años dializándose en su propia casa
UN RÉCORD. Jorge Young Valenzuela (67) ha dedicado cerca de 40 mil horas de su vida a estar conectado a una máquina de diálisis debido a una insuficiencia renal que comenzó a los 7 años. Actualmente es el único dializado en Chile que realiza el tratamiento en su domicilio con buenos resultados, a pesar de múltiples dificultades que ha debido enfrentar.
Una épica historia de perseverancia y fortaleza inquebrantable es la que ha protagonizado a lo largo de casi 48 años Jorge Young Valenzuela (67), quien ostenta el récord de haber permanecido por 40 mil horas conectado a una máquina de hemodiálisis, siendo el único paciente en Chile que se dializa en su propio domicilio.
Su viaje marcado por incontables desafíos partió a sus cortos 7 años cuando enfermó de una amigdalitis estreptocócica que se complicó hasta llevarlo a una insuficiencia renal crónica. Debido a esta condición, los riñones pierden su capacidad para filtrar los desechos y el exceso de líquidos del torrente sanguíneo de manera efectiva, lo que puede llevar a la necesidad de tratamientos como la diálisis para reemplazar la función renal perdida.
Fue exactamente el 8 de marzo de 1977, a los 19 años, cuando Jorge comenzó a dializarse, realizando inicialmente algunas sesiones en el Hospital Regional y luego en el Hospital San Juan de Dios en Santiago, para de ahí en adelante comenzar con un pionero tratamiento de diálisis domiciliaria.
"Como en los años 70 el acceso y el tratamiento con diálisis era incipiente, mi papá con mucho esfuerzo decidió comprar una máquina de diálisis para poder hacer las sesiones en casa y así fue como partió todo", explica Jorge, un hombre nacido y criado en Temuco que a pesar de sus complicaciones de salud ha trabajado toda su vida en su taller de estructuras metálicas y, más recientemente, como administrador de una empresa, trabajo que realiza desde una pequeña oficina que habilitó en su casa del sector Dreves de Temuco.
Fue primero su madre y luego su esposa Laura Conejeros, quien lamentablemente falleció hace 7 años, quienes apoyaban el proceso de diálisis de Jorge. "Por 30 años me pude dializar gracias a mi señora que me ayudaba en todo el proceso, pero ella falleció en 2017 y de ahí en adelante he tenido que contar con ayuda de personal especializado", relata, advirtiendo que a lo largo de los años ha tenido que lidiar con las fallas de las máquinas, logrando tener hoy la mejor tecnología en su propio domicilio a costa de mucho esfuerzo y gracias al conocimiento que él mismo ha ido adquiriendo.
Trasplante fallido
Fue en 1985 cuando Jorge tuvo la posibilidad de someterse a un trasplante renal con donante cadáver, sin embargo, lo rechazó y se lo extirparon de urgencia debido a que el riñón había superado las horas óptimas para ser implantado.
De ahí en adelante no ha habido nuevas opciones de trasplante, por lo que "no he podido sacarme las diálisis de encima", dice Jorge, explicando que si bien tiene la máquina en su domicilio, actualmente no esta recibiendo una diálisis 100% eficiente.
"En el último tiempo me cambié a la última tecnología, pero a pesar de ser máquinas nuevas han tenido fallas. Se ha reclamado a la empresa y ahora me respondieron que van a responder con una máquina nueva, porque la compré hace 3 años y antes del año de garantía ya estaba fallando", explica este temuquense que es un verdadero héroe en su lucha por una mejor calidad de vida, permitiendo sacar adelante a sus dos hijos profesionales, Glen y Héctor Arturo.
"Lo interesante es poder comunicarle a las personas que están desesperadas porque han caído en diálisis, que esto no es el fin. Si hacen bien las cosas, si se portan bien y siguen los tratamientos adecuados y cumplen con sus sesiones, pueden tener una buena sobrevida", comparte Young quien al día de hoy se dializa tres veces a la semana, en sesiones de cuatro horas y media. "La calidad de diálisis que necesito no me la puede dar ningún centro de diálisis. En este momento he desarrollado una calidad óptima y trabajo y vivo para ello. Dializarse no es el fin de la vida", concluye.
"Como en los años 70 el acceso y el tratamiento con diálisis era incipiente, mi papá con mucho esfuerzo compró una máquina para hacer las sesiones en casa".
Jorge Young.
"En este momento he logrado desarrollar una calidad óptima (para las diálisis) y vivo y trabajo para ello. Dializarse no es el fin de la vida".
Jorge Young.