Frases
"Necesitamos que más gente nos ayude a buscar a mi sobrino, tal vez especialistas de otras regiones".
Bárbara Fica,
"Este año tenemos un récord absoluto. Se entregarán $15.000 millones en proyectos de riego".
Esteban Valenzuela,
"Necesitamos que más gente nos ayude a buscar a mi sobrino, tal vez especialistas de otras regiones".
Bárbara Fica,
"Este año tenemos un récord absoluto. Se entregarán $15.000 millones en proyectos de riego".
Esteban Valenzuela,
No se deben descuidar las acciones tendientes a informar a los jóvenes sobre las enfermedades de transmisión sexual y los riesgos que implica tener una sexualidad irresponsable.
Ello porque datos de la Encuesta Nacional de Juventud indican que alrededor de un 50 por ciento de los jóvenes declara no haber utilizado protección en su última relación sexual, lo que indica que la población joven no está adoptando todas las medidas indicadas para prevenir, pese a incurrir en conductas de riesgo que los hacen más propensos al contagio tanto de VIH como de otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
El dato preocupa e indica que se debe ahondar en muchas más medidas a fin de evitar el contagio de enfermedades como la sífilis, que ha ganado bastante terreno entre los jóvenes que se encuentran en el rango etario de los 16 a 24 años, lo que indica que no sólo los jóvenes universitarios son los más afectados, sino también a nivel de enseñanza media.
Es necesario, entonces, que los jóvenes comprendan los riesgos que implica tener una sexualidad irresponsable.
En este sentido, tanto el Injuv como otras instituciones de Salud desarrollan constantes campañas tendientes a llevar información a este rango etario, justamente en aquellos lugares más frecuentados por los jóvenes.
Asimismo, corresponde también al interior de las familias discutir estos temas y educar y orientar a los adolescentes, tomando en cuenta que hay jóvenes de 16 años que ya se han transmitido infecciones de transmisión sexual.
El documento de la Santa Sede "Dignitas infinita" dice: "Hay un caso particular de violación de la dignidad humana, más silencioso pero que está ganando mucho terreno. Tiene la peculiaridad de utilizar un concepto erróneo de la dignidad humana para volverla contra la vida misma. Esta confusión, muy común hoy en día, sale a la luz cuando se habla de eutanasia" (51).
La especial dignidad del hombre viene dada por haber sido creado por Dios a su imagen y semejanza: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gen 1,26.27).
Se habla de eutanasia cuando la muerte es causada por otro (dicho sin eufemismo la eutanasia es propiamente un homicidio) y de suicidio asistido cuando es la misma persona quien se quita la vida ayudado de alguna manera por otros. En la actualidad las leyes que autorizan la eutanasia-homicidio y el suicidio son para evitar una enfermedad y muerte dolorosas. Pero es la puerta de entrada para que tarde o temprano se apliquen por la sola voluntad del solicitante, por ejemplo, porque ya no siente ganas de vivir.
La experiencia y los estudios clínicos muestra que un enfermo que padece dolores insoportables, cuando pide la eutanasia o el suicidio asistido lo que está pidiendo no es la muerte sino dejar de sufrir. Es por ello que recurrir a los cuidados paliativos destinados a hacer desaparecer el dolor, o al menos a aminorarlo es, entre otras, una importante ayuda al enfermo.
"El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana, si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados" (Catecismo de la Iglesia Católica 2279).
También es fundamental el ambiente familiar y comunitario en torno al enfermo. Además de los cuidados paliativos, el sentirse amado, acompañado y atendido en sus necesidades por los seres queridos y no una carga pesada para ellos, sumando la asistencia espiritual y religiosa, lleva a que el enfermo opte por la vida. Más que el dolor, es la soledad existencial la mayor influencia para tomar la decisión de recurrir a la eutanasia o al suicidio asistido.
La ley de la eutanasia y del suicidio asistido, así como la ley de aborto de las tres causales, son un avance de la cultura de la muerte y un retroceso de la cultura de la vida. Los débiles son descartados como inútiles e inservibles por los fuertes. Con toda razón "Dignitas infinita" considera a estas leyes intolerables violaciones a los derechos humanos.