Si bien su significado literal se encuentra en la palabra "Wake" en pasado, que significa despertar, este anglicismo es mucho más complejo y va más allá de su significado. Este término aparece nuevamente a raíz de un episodio de violencia en rechazo a la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes en E.E.U.U. con el movimiento Black Lives Matter; este término tomó fuerza y se extendió más allá de la comunidad negra y se asoció a la conciencia social y las nuevas banderas de las minorías convirtiéndose en una nueva tendencia ideológica.
El derivado "wokismo" paso a convertirse en un sinónimo de políticas o movimientos liberales, tales como la equidad racial y social, ideologías de género, el feminismo radical, el movimiento LGBT, el uso de pronombres de género neutro, el multiculturalismo, el activismo ecológico, el indigenismo, la diversidad sexual y el libre derecho a abortar. Quienes critican el "wokismo" atacan y cuestionan, sobre todo, los dogmas de un progresismo revolucionario.
En Chile esta tendencia ideológica no se quedó atrás y bajo el concepto de "Chile despertó" se impuso el movimiento social que fue parte del estallido social en medio de múltiples demandas sociales insatisfechas. En esta ocasión la teoría de las masas de Gustav Le Bon cobra sentido, uno de los fundadores de la psicología social quien aborda un tema importante como es el de la psicología del comportamiento colectivo, crítica a la sociedad de masas, a partir de una caracterización de las masas y la violencia que éstas generan en la sociedad.
Le Bon creía que cuando los individuos forman parte de una masa, pierden su identidad individual y se fusionan en "un alma colectiva" irracional. Argumentó que las masas tienden a sentirse omnipotentes, contagiándose los unos a los otros en actos irracionales. El autor sostiene que las masas tienen una mente colectiva que es muy diferente de la mente individual y que los individuos dentro de una multitud pueden verse influenciados por fuerzas psicológicas que operan a un nivel más profundo. Le Bon identifica varias características de las masas que explican su poder de influencia sobre los individuos. Estas características incluyen: la percepción de la masa como un poder invencible, lo que lleva a los individuos a sentirse anónimos y no responsables de sus acciones.
En medio del estallido social que se vivió en Chile en octubre de 2019, las movilizaciones sociales cobraron una violencia inusitada y escalaron en una exaltación colectiva. Ello sin importar quienes podían resultar lesionados o incluso muertos, haciendo uso brutalmente de la violencia. Fue una violencia irracional. Estaban dispuestos a quemarlo todo: transporte público, iglesias, colegios, hospitales, monumentos, infraestructura pública, plantas de energía y lo que se cruzara en su camino, irracional.
Dentro del mismo contexto podemos encontrar elementos sobre violencia política cuando Le Bon afirma que las masas, principalmente las de corte democrático y comunista, mediante sus acciones, movimientos y reivindicaciones políticas ponen en peligro el orden social. Esto lo dice pensando en la anarquía que se podría desatar y en la violencia física que podrían llevar a cabo estas masas con el objetivo de disputar el poder político al orden como tal esencia de los estados democráticos. En gran parte se resalta que las masas ejercen violencia y hasta crueldad contra su propia sociedad y pueblo, ocultando su conciencia de ello. Por otro lado, en este esquema crítico a la sociedad de masas se considera que la transición a gobiernos donde cada vez se busca la participación de la mayoría, pone en riesgo la civilización, ya que predominarán los elementos irracionales que caracterizan a la masa.
Jessica Quiñones Torres,
abogada miembro del Colegio de abogados de Chile A.G; Mg. Derecho Penal, Mg. Alta Dirección Pública