Aporte de las personas mayores
El cuidar es un ejercicio colaborativo y una responsabilidad compartida por toda la sociedad. Es clave admitir que la vejez debería ser una etapa en la que las personas ejercen sus derechos.
Durante mucho tiempo, la imagen del envejecimiento estuvo asociada a la idea de deterioro físico y mental, lo cual estaba directamente vinculado a la pérdida de independencia, autonomía y productividad. Sin embargo, en el último tiempo ha surgido una mirada que busca redefinir su rol, dando énfasis a la contribución que los adultos mayores aportan a la sociedad.
En la actualidad, explica Roxanna Zolezzi, académica de la Escuela Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello, muchas personas mayores mantienen una vida activa, continúan realizando sus actividades, participan en su comunidad y ejercen roles dentro de sus familias. Es fundamental reconocer que el envejecimiento debería ser una etapa en la que las personas ejercen sus derechos, toman decisiones y aportan a la sociedad de forma significativa.
En este sentido, la ética del cuidado nos permite repensar la forma en que entendemos y ejercemos esta actividad con las personas mayores. Desde esta perspectiva el cuidar no es sólo asociado a un grupo específico, sino que todos en algún momento hemos necesitado y necesitaremos ser atendidos y cuidar.
El cuidar, es un ejercicio colaborativo y una responsabilidad compartida por toda la sociedad, no sólo es individual y/o familiar. La ética del cuidado pensada en, las personas mayores, promueve una visión no centrada sólo en la asistencia física o médica, sino que incorpora la mirada del apoyo, compañía y dignidad en todas las etapas del envejecimiento.
Esta perspectiva nos invita a cuestionarnos nuestras propias ideas y prejuicios sobre la etapa de envejecimiento. Repensar esta etapa de la vida y comprender que el cuidado es un acto humano, que nos acompaña y lo ejercemos durante toda la vida, y conlleva una responsabilidad colectiva que involucra al Estado, las personas y la comunidad.