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sas áreas verdes, además de ciclovías con vegetación. Estos son escenarios que facilitan la llegada de diversas especies".
Somos privilegiados también porque en Chile existen alrededor de 528 especies en total. Así lo destaca Javiera Ferreyra, de la Sociedad Audubon, quien explica que ese dato lo menciona la Estrategia Nacional de Conservación de Aves 2021 - 2030, cifra que representa una suerte de consenso, y que es respaldada por la Red de Observadores de Aves en Chile, organización que colabora en la sensible tarea de monitorear los ecosistemas, acto clave para prevenir y, ojalá, revertir la situación de aves en estado de amenaza o de alto riesgo.
Toda respuesta a la situación antes mencionada radica en que "no sólo en Chile, sino en el mundo entero, las poblaciones de aves están declinando y, particularmente, las aves migratorias, que son las más sensibles a los cambios (...). Entonces, el estado es crítico y lo es porque están perdiendo los hábitats que necesitan, por el cambio de uso de suelo, por el desarrollo sin planificación, por la contaminación, por exceso de uso de fertilizantes, etcétera. Por ello existen múltiples amenazas y desafíos de conservación de los cuales debemos hacernos cargo", comenta la directora nacional de Audubon.
POTENCIAL
En el marco de los cuatro ejes que mueven a esta organización internacional, este año fueron capacitados y formados 31 nuevos guías especializados en observación de aves para las regiones del Biobío, La Araucanía y Valparaíso, lo que viene a entregar recurso humano entendido para el potencial desarrollo del aviturismo, que a juicio de Javiera Ferreyra genera 62,6 millones de dólares al año en Chile, por lo que es un nicho turístico atractivo que perfectamente puede seguir creciendo y mejorando.
A nivel local, esta experiencia turística ha mostrado también su potencial en lo reciente. La académica de la Ufro, Daniela Poo, recuerda que si aún no está instalada la oferta y la cultura del avistamiento de aves en esta parte del territorio, hay oportunidades para levantarlo poco a poco. Prueba de ello es el buen resultado que tuvo durante el primer semestre un proyecto de vinculación con el medio, que trabajó con un colegio, con el cual se hizo salidas dentro del radio urbano para hacer observación, y el resultado no pudo ser mejor.
"Creo que aquí hay un nicho, un potencial real. Perfectamente, se podría crear una ruta de avistamientos como nosotros lo hicimos, donde en un recorrido que involucró apenas dos parques pudimos identificar 50 especies posibles de observar", recalca la académica.
COEXISTENCIA
Desde el punto de vista institucional o público, para la directora regional del Servicio Agrícola y Ganadero, SAG Araucanía, Ruth Arévalo Macías, hay muchos desafíos en cuando a la avifauna, sin embargo, en cuanto ala coexistencia entre humanos y aves existe una tendencia que demuestra que crece la cultura del respeto, protección y conservación. No en vano en los últimos dos años se ha mantenido estable el número de denuncias y rescates asociados a especies silvestres en la zona urbana.
El registro del SAG dice que el año pasado hubo 202 denuncias (rescates), mientras que en lo que va de 2024 el número está en 183, la mayoría de las cuales se concentra en la Oficina Temuco de la repartición, que nivel regional cuenta con 5 oficinas; y donde las aves predominan cuando se trata de rescates por situaciones como ejemplares heridos, fallecidos o fuera de su hábitat.
"El año pasado las aves más afectadas fueron la bandurria, el choroi y la cachaña; mientras que en 2024 los siniestros los lideran los tiuques", precisa la coordinadora de Vida Silvestre del SAG Araucanía, Nataly Varela.
"Si vemos la situación de las aves", acota Ruth Arévalo, "la gente hoy está más alerta. Ahora, yo diría que lo que nos falta es estar más preparados en cuanto a cómo asistimos a estas especies como sociedad, porque nosotros damos respuesta a las urgencias, evaluamos médicamente y evaluamos eventuales derivaciones, pero por lo general la ciudadanía, pese a querer ayudar, no siempre actúa de la forma deseada. Esto es, sin intervenir".
Respecto de cómo cambiar esta realidad, la directora regional informa que el SAG tiene programas educativos y ha aplicado medidas preventivas como el decretar zonas prohibidas de caza, como ocurre con la zona del Lago Budi, cuya norma ya se renovó por otros 30 años.
Ya sean lechuzas blancas, tiuques, fio-fío, garzas, choroi o bandurrias, la avifauna está a nuestro alcance para apreciarla y cuidarla. Dependerá de nosotros hacer de ella también un recurso turístico precioso y con potencial como lo plantean las expertas.