Hace casi tres años que la Ley Nº21.377 aumentó las sanciones por el uso de dispositivos electrónicos durante la conducción de vehículos y, según un estudio sobre "distractores al volante" realizado por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), la Mutual de Seguridad y la ONG NoChat, un 33% de ellos chatea, habla o manipula sus celulares mientras maneja. El 6,7% de los conductores observados hablaba a través de su celular, un 27,7% lo portaba y un 31,1% lo usaba evidentemente para escribir en whatsapp.

La Ley No Chat entró en vigencia el 14 de marzo de 2022 y está pronta cumplir tres años de aplicación. De acuerdo con informes de Carabineros, la mayor parte de las infracciones que se cursan a los choferes corresponde a conducir hablando por celular sin manos libres, aquel que permite al conductor tener ambas manos en el volante, y la siguiente conducta más castigada es la manipulación de estos dispositivos u otros artefactos electrónicos.

La ley vigente tipifica la manipulación de celulares durante la conducción como una falta gravísima a la Ley de Tránsito, equiparándola a acciones como no respetar los semáforos. La normativa aumenta las penas para quienes estén mirando su teléfono u otro aparato electrónico mientras manejan. La ley se aplica cada vez que el conductor utilice un dispositivo de telefonía móvil o cualquier otro artefacto electrónico o digital, con una o ambas manos.

En los últimos aumentaron los accidentes causados por conducir sin poner atención a las condiciones de tránsito, siendo el celular el mayor elemento de distracción. Incluso circulan algunos videos en las redes sociales, que muestran a choferes de buses preocupados de escribir mensajes en sus teléfonos, en momentos en que tienen la responsabilidad de llevar en forma segura a decenas de pasajeros.

El segundo gobierno de Bachelet, con su muy mala reforma educacional, cimentó la catástrofe que vive nuestro sistema educacional en la actualidad. Uno de los últimos síntomas de la agonía que refleja esta profunda crisis, son los resultados de la Paes 2024, donde queda en evidencia el abrupto declive de los liceos emblemáticos, como el Instituto Nacional (puesto 303), el Liceo 1 (924) y el Liceo de Aplicación (1.047), que golpeados por la violencia, tomas y una disminución extrema en la calidad educacional, dejaron de ser los anhelados espacios de movilidad social.

Por su parte, en nuestra región de La Araucanía tan solo tres colegios lograron destacarse en el top 100 nacional, pero ninguno de ellos forma parte del sistema público o particular subvencionado; a saber; Colegios Alemán de Temuco (puesto 55, con 810,4 puntos), Greenhouse School (puesto 70, con 800,7 puntos) y San José de Angol (puesto 66, con 805,3 puntos).

Este gobierno que llegó al poder con un hermoso discurso de "fortalecer" la educación pública, se quedó en la sola retórica, ya que en los hechos, llegó para profundizar la debacle exhibiendo aún más desastrosos resultados, los que perjudican en especial a los niños más vulnerables. Luego de transcurridos varios años desde las reformas de Bachelet, a pesar de estar invirtiendo cada vez más recursos económicos en educación, y en particular, al final del inoficioso gobierno de Boric, el deterioro del sistema educacional hace, que ya no resulte posible seguirlo "parchando" como ha ocurrido hasta ahora; sino que como dijo el candidato presidencial del Partido Republicano José Antonio Kast refiriéndose a la crisis de seguridad, en materia de educación, también necesitamos una "terapia de shock".

Necesitamos acabar o modificar radicalmente el sistema de administración SLEP que ha burocratizado y complejizado de manera absurda la gestión de la educación, sobre todo en las comunas alejadas de las capitales regionales. Necesitamos terminar con la impunidad de ciertos alumnos y apoderados que agreden de manera brutal a estudiantes y profesores. Respecto de ésto último, necesitamos imperiosamente restaurar la autoridad de los docentes en la sala de clases, así como fortalecer de manera significativa la dignidad en la sociedad del rol que cumplen los profesores.A modo de ejemplo, una de las medidas de seguridad que lamentablemente se requiere, consiste en facultar a las comunidades educacionales, para instalar pórticos detectores de metales; así como impulsar políticas públicas y leyes que combatan y sancionen duramente el ingreso o venta de drogas en establecimientos educacionales.

Sin ahondar en otro tema, es también necesario acabar con otro nefasto legado bacheletista, que es el Sistema de Admisión Escolar (SAE) que año tras año erosiona el derecho a la libertad de educación que tienen niños y padres y empuja a muchos a salir del sistema educacional formal, al no encontrar oportunamente matrículas disponibles.

En suma, necesitamos una terapia de shock, también para enfrentar esta crisis educacional que se encuentra en su etapa terminal.

Stephan Schubert,

diputado