El verano llegó y las familias disfrutan de las playas, ríos y lagunas de Chile, pero ¿es posible para todos? En Chile, según el Tercer Estudio Nacional de Discapacidad (2022), el 17% de la población chilena tiene discapacidad, lo que corresponde a 3 millones 291 mil 602 personas.

Esta realidad nos permite reflexionar sobre todas las áreas de la vida humana, entre ellas la recreación, el ocio y el tiempo libre, las que son un derecho para todas las personas, además de los beneficios psicológicos y sociales que conlleva acceder a espacios naturales. La conexión con la naturaleza, la reducción del estrés y la mejora de la calidad de vida son aspectos para considerar.

¿Y cómo debiese ser una playa inclusiva? Según Germán Maldonado, académico de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello, debiese contar con una cadena de accesibilidad que permita a las personas en general disfrutar de las bondades de la arena y el agua, incluyendo estacionamientos accesibles, baños adaptados, red de paseos que ingresen a la arena con una superficie lisa pero antideslizante, rampas con un ancho no menor a 1 metro y 20 centímetros, sillas anfibias, además de contar con monitores y salvavidas capacitados.

Esta idea no es para nada utópica, ya que, a lo largo de Chile, actualmente se cuenta con al menos 23 balnearios inclusivos.

Respecto a las personas con discapacidad visual, aún queda por avanzar en cuanto a pavimento podo táctil y escritura en braille. Sin embargo, los perros de asistencia de estas personas podrán acceder a todos los lugares donde vaya su dueño, tanto a la arena como al agua, pues es un derecho contemplado por la ley.

Si bien, aún faltan muchos espacios accesibles,cada año se incluyen más balnearios a estos registros, que impactan positivamente, además de fomentar un sentido de pertenencia y cohesión social.

Las recientes declaraciones del diputado Johannes Kaiser, que cuestionan la utilidad y beneficios de las energías renovables, carecen de sustento científico y económico. Estas opiniones solo desinforman y frenan un proceso clave para Chile: la transición hacia fuentes de energía más limpias, baratas y sustentables. A continuación, hay cuatro afirmaciones que es necesario corregir.

1.Mito sobre altos costos: Asegurar que la energía solar, eólica o minihidros "son carísimas" es falso. Hoy, las renovables compiten ventajosamente en costos de inversión, operación y mantenimiento. Incluso las plantas de gas a ciclo abierto, una de las pocas alternativas fósiles con costos comparables, operan casi exclusivamente como respaldo. Las cifras del Ministerio de Energía refutan las aseveraciones del diputado Kaiser.

2.Ningún impacto positivo en el cambio climático: El calentamiento global exige reducir drásticamente las emisiones del sector energético, responsable de más de una cuarta parte de los gases de efecto invernadero. Las energías limpias pueden recortar entre un 70% y 90% las emisiones del sector eléctrico. Negar su impacto positivo demuestra una preocupante ignorancia científica. En nuestra región, la matriz de generación es casi completamente renovable, destacando energía eólica, hidráulica y solar.

3.Energías renovables y agricultura: No existe tal incompatibilidad entre energías renovables y agricultura. Ejemplos de agrovoltaicos en el mundo y proyectos como Ayla Solar en O'Higgins prueban la coexistencia exitosa, con beneficios económicos y mejor uso del suelo. Culpar a las renovables de amenazar a la agricultura carece de fundamento.

4.Precios de la energía y transmisión: El verdadero obstáculo está en la falta de capacidad de transmisión y almacenamiento, que impide aprovechar plenamente su bajo costo. En muchos momentos del día y del año no se consume toda la energía renovable producida y "se pierde".

El gobierno ya impulsa iniciativas para robustecer la red y favorecer el almacenamiento, permitiendo que la energía limpia llegue a todos los hogares y así poder bajar las cuentas.

Chile tiene un inmenso potencial renovable y debe aprovecharlo para reducir su dependencia de combustibles fósiles, proteger la economía familiar y salvaguardar el planeta. Las aseveraciones engañosas del diputado Kaiser entorpecen este progreso necesario, desinforman a la ciudadanía y ponen en riesgo el futuro promoviendo fuentes de energía contaminantes como termoeléctricas.

¿Se imaginan una termoeléctrica en nuestra linda Región de La Araucanía?

Camilo Villagrán,

seremi de Energía