Suicidios laborales
Como equipo de profesionales dedicados a la salud ocupacional en Chile y en otras latitudes, estamos en alerta ante la creciente preocupación por los casos de suicidio vinculados con condiciones laborales, por lo que solicitamos urgentemente la revisión y actualización de la normativa vigente respecto a los accidentes fatales, en especial aquellos relacionados con el suicidio.
Recientes sucesos en el ámbito laboral han destacado la urgencia de abordar la salud mental en los entornos de trabajo. Entre ellos, la trágica muerte de Karin Salgado por acoso laboral, que catalizó la promulgación de la Ley 21.643, vigente desde el 1 de agosto de 2024; el caso de Catalina Cayazaya, una estudiante en prácticas del sector salud que se quitó la vida en circunstancias parecidas; y el suicidio de Pablo Leiva Inzunza, un estudiante de Medicina cuya muerte conmovió profundamente a la Región de Valparaíso. Estos eventos resaltan la necesidad crítica de políticas efectivas que protejan la integridad psicológica de los trabajadores y estudiantes en sus respectivos ambientes laborales y académicos.
Proponemos específicamente la modificación de la Circular N° 3705 para incluir un apartado que reconozca el suicidio como un posible accidente laboral cuando esté precedido por antecedentes como estrés, sobrecarga de trabajo o acoso. Esta modificación permitiría adoptar medidas preventivas más efectivas y facilitaría la investigación de las causas de estos lamentables eventos.
Dr. Francisco Palencia, médico especialista en Salud Ocupacional (y otros)
Democracia y tecnología
La historia de Linux, que se enfrentó a la hegemonía de Apple y Microsoft en los 90, nos enseña que la apertura de código no solo democratiza la tecnología, sino que también abre oportunidades para emprendedores, academias y startups. Hoy, en medio de una "guerra fría digital" entre potencias tech, los actores emergentes tienen la oportunidad única de impulsar la innovación y crecer en un entorno que premia la flexibilidad y la colaboración.
Mientras gigantes como OpenAI y Google mantienen sus modelos de IA cerrados, iniciativas open source como DeepSeek-R1 demuestran que la liberación del código puede ser la llave para un futuro más competitivo y descentralizado. Este contexto global, el "Momento Sputnik" que vive China, invita a gobiernos, universidades, empresas y centros de investigación a aprovechar modelos eficientes y accesibles, que requieren menos recursos y permiten la experimentación en entornos reales con beneficios evidentes: innovación acelerada, reducción de costos y la posibilidad de construir soluciones adaptadas a las necesidades locales sin depender de monopolios. Todos tienen en esta contienda tecnológica una oportunidad para crecer y transformar sus vidas y la de muchos. La revolución que estamos viviendo no está reservada a unos pocos; es un momento único en que la creatividad y el ingenio de los actores emergentes tomen el control y redefinan las reglas del juego.
Fernando Roa
Moral y ética
La moral y la ética han sido objeto de reflexión por siglos, y para el liberalismo clásico, estos conceptos no deben ser impuestos por el Estado ni por ninguna autoridad central. Adam Smith, en La teoría de los sentimientos morales, argumentaba que la moral surge de la interacción espontánea entre individuos, guiados por la empatía y el sentido de justicia. Del mismo modo, Friedrich Hayek advertía contra la pretensión de diseñar un orden moral desde el poder, pues la verdadera ética emerge de la cooperación voluntaria y la tradición, no de la coerción gubernamental.
Locke defendía que los derechos naturales, como la vida, la libertad y la propiedad, son la base de una sociedad ética, donde cada individuo es responsable de sus propias acciones. La moral no puede ser impuesta por decretos ni mayorías circunstanciales, sino fundarse en principios universales de justicia y respeto mutuo. Von Mises también señalaba que la cooperación social depende de un marco ético basado en la libertad y la responsabilidad individual, y no en regulaciones arbitrarias que pretenden dictar lo correcto o incorrecto desde el poder.
Cuando el Estado asume el rol de juez moral, cae en lo que Tocqueville llamaba el "despotismo blando", donde bajo la excusa del bien común se anula la autonomía individual. La ética debe ser un compromiso personal, no una imposición estatal.
Rubén Álvarez