Fuego inclemente: desolador panorama enfrentan pequeños agricultores de Malleco
De su propia voz, fue posible conocer la angustia que sufrieron los parceleros de las comunas de Los Sauces, Lumaco y Traiguén al sentir la cercanía del peligro. Las principales pérdidas se traducen en el forraje para sus animales, la plantación de árboles nativos y los cierres perimetrales de sus predios que, en la mayoría de los casos, se quemaron por completo.
Al temor de perder el esfuerzo de años y, lo que es peor, dañar la salud e incluso perder la vida producto del fuego, se enfrentaron a lo largo de la semana recién pasada, alrededor de 500 pequeños agricultores afectados por los incendios.
Se trata de pequeños parceleros dedicados a la agroforestería, agricultura familiar campesina, usuarios y no usuarios de Indap, mapuches y no mapuches, pertenecientes a distintas comunas, principalmente de la zona de Malleco.
De su propia voz, fue posible conocer la angustia que sufrieron al ver de cerca el peligro. Algunos perdieron el forraje para sus animales, la plantación de árboles nativos, los cierres perimetrales de sus predios y hasta sus estanques de agua. Sin embargo, todos valoran el apoyo de Bomberos, el estar vivos y no haber perdido sus casas en medio de la intensa emergencia que, en esta ocasión, azotó con fuerza a la agricultura familiar campesina.
"YO CREO QUE
FUE INTENCIONAL"
"Perdí hualle, maqui, todo lo que eran árboles nativos. Fue una pérdida de como 2 hectáreas, entre forraje y árboles nativos", cuenta Cristina Calluqueo Cea, parcelera del sector Santa Elena, comuna de Traiguén, quien perdió el alimento para sus animales, a los que afortunadamente pudo salvar porque alcanzó a trasladarlos hasta un lugar seguro antes que el fuego avanzara. "Pero duele la pérdida de pasto para mis animalitos", dice Cristina, agregando que "gracias a los Bomberos se salvó mi casa porque anduvo cerquita, tampoco perdí mis hortalizas que me permiten subsistir".
Cristina reconoce además que si bien le pidieron evacuar, no quiso salir, principalmente porque los Bomberos la estaban resguardando. "El año pasado también sufrí lo mismo. Ahí se me quemaron como cuatro hectáreas de terreno y el fuego anduvo cerca de la casa", expresa la agricultora, insistiendo en la intencionalidad de los incendios.
"Yo creo que esto fue intencional… Uno no puede negar que esto fue algo provocado", cierra la pequeña agricultora, con la esperanza de poder salir adelante gracias a su empuje y el apoyo gubernamental para poder enfrentar el año que se viene por delante.
También de Traiguén, pero del sector Santa Fanny, es el pequeño agricultor Simón Nahuelpi Nahuelpi, quien vivió de cerca el peligro de perderlo todo, si es que no hubiera sido por la rápida acción de los bomberos. "Gracias a los Bomberos de Traiguén no se me quemó la casa, porque el fuego llegó casi al patio en un par de minutos", dice, aunque comenta que el cerco que cubría su predio sí se quemó por completo.
Si bien cree que el peligro ya pasó, Simón asegura que persiste algo de temor porque este es el primer año que ha visto en peligro su vida y su trabajo, ya que "el fuego llegó al pie de la casa y uno como que queda traumado cuando pasa eso; entonces uno ve un poco de humo y empieza la desesperación total".
Simón cuenta que en su parcela vive junto a su esposa y sus dos hijas. Ya había cosechado, principalmente trigo y avena "para asegurarse para el año" y por suerte esa cosecha estaba a buen resguardo y no la perdió. "Igual estoy aperado con fardos y creo que no debiera ser tan difícil para mí el año. Yo ya había cosechado así que tengo la alimentación guardadita gracias a Dios", expresa.
Nahuelpi, también cultiva hortalizas como lechugas, cilantro y otras que vende y también entrega a comerciantes que comercializan en la feria de Traiguén. "Yo ya había trillado, pero se nos quemó el rastrojo… que es lo que aprovecho para los animales, pero se perdió todo", señala Simón.
"Vimos de cerca el peligro. No hubiéramos podido salir si no es por los bomberos, porque ya estábamos rodeados. Llegaron tractores, hicieron cortafuegos y los bomberos rociaron la casa y de esa manera pudimos enfrentarlo", finaliza el pequeño agricultor.
"ESTOY MAL EN LA
PARTE EMOCIONAL"
Karen Pacheco Painepil, quien tiene una parcela en el sector rural de Los Sauces, dice estar fuertemente afectada en lo emocional. "Somos cinco personas, vivo con mis papás y mis dos hijos, y primera vez que nos toca vivir desde tan cerca la situación de los incendios", comenta la parcelera, expresando su agradecimiento a Bomberos por su dedicación y cuidado.
"Me afectó en lo emocional porque esto era primera vez que pasaba. Los aviones andaban muy bajos y me imaginé que vendría lo peor, era algo por lo que no había pasado y por eso vivirlo en carne propia fue algo muy diferente", relata Karen, quien recuerda que aunque junto a su familia, sí hicieron caso a la alerta de evacuación, el fuego no llegó a su casa.
"Gracias a Dios el fuego no alcanzó a llegar acá; nos dijeron que había que evacuar porque el fuego no daba tregua y tuvimos que dejar todo. Dejé mis ovejas, mis pollos, quedaron mis gatos, perros, chanchos, y gracias a Dios nos les pasó nada…Anduvieron bomberos cuidado la casa, teníamos un galpón lleno de fardos y eso los bomberos lo cuidaron y pudo salvarse", expresa la parcelera de Los Sauces.
Sobre la intencionalidad de los siniestros, Karen cree que pueden ser provocados, porque la mayoría se produjeron en la parte forestal. "Por acá no hemos visto personas extrañas, pero igual uno se imagina que esto no fue así por casualidad", dice, confiando en que cuando ya han pasado algunos días de las horas más críticas, no se produzca una reactivación de la emergencia. "Igual ha hecho bastante calor y, con los incendios en otras partes, de todas maneras nos llega todo el humo para acá y nos afecta bastante", concluye Karen.
"NO SE PUEDE SABER
SI SON INTENCIONALES
Sobre la supuesta intencionalidad de los incendios, Víctor Leviqueo Leviqueo, de la comuna de Lumaco es cauto y cree que hay muchos comentarios que no son ciertos. "Uno no puede saber a ciencia cierta cuál es el origen de lo ocurrido. Mire, esto empezó a orilla de carretera, entonces uno puede echarle la culpa a los vehículos; pudo haber sido alguna mala acción de las personas, alguna colilla de cigarro que tiraron prendida, pero todo eso es muy difícil de probar. También es cierto que podría ser intencional…, definitivamente no tenemos cómo saberlo", insiste.
Víctor vive en la comunidad José Luis Paillali, sector de San Gerardo, en la comuna de Lumaco. En su propiedad la afectación fue inferior a una hectárea, principalmente pérdida de pastizales, plantaciones menores de árboles nativos y su cerco perimetral que resultó completamente quemado.
El incendio que se desató en Purén el viernes de la semana pasada, se sentía amenazante y por eso llegó la alerta de evacuación, a la que reconoce que no hizo caso, porque, según su visión, "no era necesario evacuar porque donde vivo yo, hay poco bosque de eucaliptus y me daba miedo dejar mi casa sola… Había vecinos que estaban en medio de los bosques así que ellos tuvieron que abandonar sus casas", recuerda Leviqueo, quien sostiene que cuando la amenaza del fuego es inminente lo primero es defender la vida. "Los adultos mayores y niños corrían el riesgo de asfixiarse por el humo, así que fueron evacuados por bomberos y Carabineros (…) Yo no perdí tanto, comparado con otras familias, porque para otros fue desastroso, pérdida total de la alimentación de su ganado. Lo principal que se necesita en cuanto a ayuda es forraje para los animales y la reparación de los cercos de los predios", detalla el parcelero.
En el año 2017, Víctor sufrió la pérdida de animales con los incendios y en esa oportunidad sí estuvo en riesgo su casa. "Aunque ese año fue más grave porque sufrí la pérdida de animales, ahora de igual forma es terrible ver el sector sur de Lumaco. Estamos expectantes a lo que pueda pasar porque en cualquier momento podemos estar hablando de algo muy diferente", concluye el pequeño agricultor.