Frases
"Tenemos una alta expectativa con la realización del evento, en el que hemos trabajado arduamente durante el último año".
Marlynne Muñoz,
"La circulación viral ha sido cada vez más temprana en los últimos años".
Andrés Cuyul,
"Tenemos una alta expectativa con la realización del evento, en el que hemos trabajado arduamente durante el último año".
Marlynne Muñoz,
"La circulación viral ha sido cada vez más temprana en los últimos años".
Andrés Cuyul,
La Cuaresma, que este año comienza el 5 de marzo, con la celebración de Miércoles de Ceniza, nos abre una puerta única de esperanza cada año: un tiempo de gracia para reencontrarnos con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Es un llamado profundo a la reconciliación, un acto que no sólo transforma nuestro interior, sino que nos dispone a vivir la Pascua con el corazón renovado.
San Pablo, en su segunda carta a los Corintios, nos exhorta con claridad: "Déjense reconciliar con Dios" (2 Cor 5,20). Este imperativo es el punto de partida de toda auténtica conversión. Reconocer nuestra necesidad de reconciliación no es una muestra de debilidad, sino de humildad. Aceptamos que, como hijos, necesitamos volver al Padre, quien siempre nos espera con los brazos abiertos de su misericordia.
En este camino al centenario de nuestra diócesis, la reconciliación con Dios también pasa por reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestra historia. Muchas veces cargamos con culpas, heridas o rencores que nos impiden avanzar. La Cuaresma es un tiempo propicio para revisar el estado de nuestro corazón, aceptar nuestras fragilidades y dejar que el amor de Dios nos sane desde dentro. Solo al reconciliarnos con nuestra propia historia podemos vivir en paz y en plenitud.
Finalmente, esta reconciliación debe extenderse hacia los demás. El Evangelio nos recuerda que no podemos presentarnos ante el altar si estamos enojados con nuestro hermano (Mt 5,23-24). La Cuaresma nos invita a pedir perdón y a ofrecerlo, incluso cuando parece difícil. Es el momento de dar el primer paso, conscientes de que el amor y la misericordia son el camino hacia la verdadera comunión.
En este itinerario de 40 días hacia la Pascua, dejarnos reconciliar es un acto de fe y confianza en el Dios que transforma nuestras vidas. Es un acto de valentía en un mundo donde, con frecuencia, se opta por la división y el orgullo. Pero quien se abre a la reconciliación experimenta la paz profunda que solo Dios puede dar.
Que esta Cuaresma, enmarcada en el año jubilar de la Esperanza, sea un tiempo para escuchar el llamado de Jesucristo, por medio de San Pablo: dejar que la gracia de Dios actúe en nosotros y dar pasos concretos hacia la conversión. Porque reconciliarnos es el camino necesario para experimentar la alegría de la resurrección.
Monseñor Jorge Concha Cayuqueo,
obispo Diócesis San José de Temuco
El mayor número de vehículos en las calles de la ciudad durante los primeros días de marzo, tras el paulatino retorno a clases en los colegios de la Región, generará mayor estrés en la red vial, lo que obliga a extremar las precauciones al volante y a la vez adoptar medidas tendientes a proteger a los más pequeños que viajan al interior de los vehículos.
Un dato a tener presente es que en nuestro país los accidentes de tránsito son la primera causa externa de muerte en niños de 1 a 14 años. Por eso, en marzo de 2017 entró en vigencia la reforma a la Ley de Tránsito que estableció medidas de seguridad para el traslado de niños en vehículos particulares. A partir de entonces, los menores de 9 años deben viajar con un sistema de retención infantil y sólo podrán ir en el asiento del copiloto los mayores de 12 años.
Al disponerse el traslado de los menores a los asientos traseros y el uso de una silla de seguridad cuando corresponda, las autoridades consideraron que los airbags no están diseñados para niños, sino que para adultos. Por ende, estos no los protegerían en caso de accidente, por lo que llevarlos en la parte posterior reduce la posibilidad de un desenlace fatal. De hecho, desde que está vigente esta legislación se han reducido un 51% los menores fallecidos en siniestros de tránsito.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el uso de sillas para niños y niñas puede reducir entre un 50% y un 80% las lesiones mortales y graves de bebés y niños ante un accidente vial. Por ello, este sistema de retención se convierte en algo indispensable para la seguridad de los menores.
Es necesario que los conductores respeten la normativa y quienes deban desplazarse con niños instalen en sus vehículos los correspondientes sistemas de retención infantil. Ello, más una considerable cuota de responsabilidad y conciencia al volante, ayudarán a evitar o al menos disminuir el número de accidentes.