La pelota se manchó
Lo que pasó en el Monumental y afuera de él es devastador. La pelota se manchó de sangre con la muerte de dos hinchas de Colo Colo y la invasión al césped del David Arellano. El fútbol chileno tocó fondo, no sólo desde la perspectiva de rendimientos deportivos mediocres, en una historia más bien marcada por resultados escasos, sino que también desde una mirada de lo dirigencial (ojo, Jadue sigue en EE.UU. por su nexo con el FIFAGate). Y lo que rodea el juego, los espectadores, terminan siendo parte de este desaguisado.
Como en tantos otros planos, el Estado abandonó a quienes amamos el fútbol bajo la premisa de que se trata de un evento entre privados. Y así se normalizó el secuestro de micros, las avalanchas para entrar a los estadios, las peleas adentro y afuera de los estadios, el uso de fuegos artificiales prohibidos, etc.
Un "par de años atrás", en 1992, fui por primera vez a la cancha. Con mi familia disfruté de un empate sin goles entre Temuco y Colo Colo. Jamás olvidaré que era tanto el entusiasmo que llegamos tres horas antes. ¿Algún incidente? Alguna que otra broma y garabato entre los asistentes.
Eran tiempos en que gente de camiseta de distinto color podía compartir la Galería Ñielol, donde se instalaba siempre la parcialidad local.
Treinta años después, esa escena familiar es casi impensable. El fútbol chileno, abandonado por quienes debían cuidarlo y secuestrado por la violencia que se dejó crecer, agoniza. Lo de anoche es la dolorosa confirmación de que tocamos fondo. La pregunta ya no es si la pelota se manchó, sino si todavía estamos a tiempo de limpiarla o si simplemente debemos aceptar que perdimos el partido más importante: el de la convivencia y el respeto.
Carlos J. Véjar, periodista
¿Izquierda democrática?
Jeannette Jara aseguró que en Cuba existe democracia, aunque distinta a la de Chile, y que Venezuela es un régimen autoritario, descartando tildarlo como dictadura. Ante dichas declaraciones, cabe preguntarse si, para ella, el régimen Nazi fue una democracia distinta; así mismo, con la Italia de Mussolini o la Norcorea de los Kim, países donde imperan e imperaron regímenes totalitarios de partido único como el cubano.
Por su parte, Carolina Tohá había mencionado que no competiría en primarias con el PC si su candidato era Daniel Jadue ya que este defendía los regímenes tanto de Cuba como de Venezuela. Tohá aseguró que desde la centroizquierda no pretendían avalar gobiernos que violaran los Derechos Humanos. Si la exministra del Interior quiere demostrar entereza, debería hacer valer su opinión, así como lo hizo con Jadue, y, por ende, negarse a participar en unas primarias con la actual candidata comunista, quien demuestra el espíritu totalitario que predomina dentro de su partido.
Tomás Ojeda Aravena
Del funeral al fortalecimiento del modelo
Gabriel Boric llegó al poder prometiendo que Chile sería la tumba del neoliberalismo, pero hoy muchos sostienen que su gobierno ha terminado por consolidar ese mismo modelo. La principal decepción proviene del fracaso del proceso constituyente, que tras dos intentos no logró reemplazar la Constitución de Pinochet, símbolo institucional del modelo neoliberal. A eso se suma una moderación significativa de su agenda reformista: la reforma tributaria fue desechada, la previsional propone mantener actores privados, y no se ha impulsado una transformación estructural del sistema de salud.
El énfasis en la responsabilidad fiscal, encarnado por el ministro Mario Marcel, ha priorizado la estabilidad macroeconómica por sobre los cambios estructurales, ganando el elogio de organismos internacionales, pero alejándose del espíritu del estallido social. Además, el giro hacia discursos y políticas más conservadoras en seguridad y migración ha profundizado esa sensación de continuidad.
Lo que para algunos es realismo político, para otros es una renuncia a las promesas de cambio. En vez de enterrar el neoliberalismo, el gobierno de Boric lo ha legitimado desde un lenguaje progresista, desmovilizando la energía social que alguna vez prometió canalizar.
Rodrigo Durán Guzmán